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Déficit de infraestructura amenaza futuro del agro

Archivo LD

Pese a las fortalezas de Ñuble en materia silvoagropecuaria y agroindustrial, su infraestructura y su capacidad instalada para el procesamiento de la producción son factores críticos que evidencian un rezago respecto de otras regiones agrícolas, como el Maule u O’Higgins. Así lo señaló el investigador del INIA Quilamapu, Jorge González, especialista en economía agraria.

Dictó la charla “Infraestructura y capacidad instalada en Ñuble, ¿ventaja competitiva o factor crítico?”, pregunta que fue respondiendo en la medida que entregaba lapidarias estadísticas sobre infraestructura de riego y obras hidráulicas, packing y plantas agroindustriales hortofrutícolas, conectividad vial, molienda de granos, como arroz, trigo y maíz, plantas faenadoras de animales, ferias ganaderas y procesadoras de leche, cifras que presentó también en comparación con las principales regiones agrícolas del país.

Esta fue la última del ciclo de ocho charlas virtuales organizadas por el INIA y denominado “La agricultura de la nueva región de Ñuble”.

El investigador hizo hincapié en la ausencia de estadísticas actualizadas de la Región de Ñuble, puesto que el último Censo Agropecuario se realizó en 2007, y la falta de historia estadística, ya que se trata de una región nueva. En ese sentido, lamentó que muchos de los datos disponibles hoy están obsoletos, por ejemplo, en materia de riego.

Rezago

Aseveró que la infraestructura de Ñuble es, en general, menor que en regiones vecinas. Apuntó que en obras hidráulicas es más evidente el rezago, donde, por ejemplo, en materia de embalses, Ñuble apenas cuenta con uno, que permite regar 4.230 hectáreas, mientras que en el Maule hay seis embalses, para regar 346.220 hectáreas. En esa línea, comentó que la infraestructura público-privada de desarrollo y reserva de agua -embalses, obras mayores y obras menores- son un factor crítico limitante para la mantención y futuro del agro regional. Afortunadamente, acotó, hay proyectos de abatimiento de la brecha actual.

En procesamiento de granos y ganadería sostuvo que son de magnitud mediana. Eso sí, deficitarias en procesos de diversificación y exportación con valor agregado, por lo que se considera un factor crítico. De hecho, subrayó que en la región no existe una planta procesadora de avena, mientras que el número de procesadoras de trigo alcanzó a 16, un 19% del total nacional. En cambio, en maíz y arroz la participación es ostensiblemente menor.

En cuanto al sector agroindustrial hortofrutícola, González apuntó que tiene una magnitud inferior a regiones vecinas, como Maule y O’Higgins; aunque explicó que ello es variable según especie frutal y procesamiento industrial. Citando datos del Catastro Frutícola de Ciren en 2019, dijo que mientras Ñuble tiene 56 packing y 38 agroindustrias procesadoras, Maule tiene 202 packing y 83 agroindustrias procesadoras, y la brecha se amplía más al observar que mientras Ñuble suma 93 cámaras de frío, en Maule hay 829. Ante estos números, concluyó que “en perspectiva, es un factor crítico de proyección agroindustrial regional”.

Asimismo, respecto a la red vial de Ñuble, indicó que el factor crítico es la baja proporción de camino pavimentado, con un 18% del total, y el predominio de caminos de ripio y tierra, que dificultan la movilidad, sobre todo al interior de la región.

Finalmente, el experto advirtió que “si bien Ñuble posee fortalezas, no es fácil identificar ventajas competitivas en infraestructura”; en cambio, planteó que modernizar y expandir el agro presenta áreas críticas que requieren un gran esfuerzo público-privado.

Por ello, consideró relevantes la generación de la estrategia regional de desarrollo, la gestión política, la participación de la sociedad, la atracción de inversión pública y privada y la investigación y desarrollo local en la superación de estas brechas.

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