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Continuadores de un legado que nació hace 150 años

Hoy cumplimos 150 años de existencia. Tal circunstancia nos convoca a observar el largo camino recorrido por la misión periodística de informar con integridad y opinar según una doctrina que se extiende desde 1870 y que esperamos prolongar, tanto desde el papel como mediante las nuevas tecnologías, siempre con la responsabilidad heredada por nuestros fundadores y por su actual propietario, la Universidad de Concepción, de dotar a Ñuble de un diario que sea, por sobre todo, confiable.

Desde sus albores LA DISCUSIÓN asumió la fisonomía de una publicación de interés general, abierta a todas las expresiones del conocimiento y la acción política. De hecho hoy, al igual que hace 150 años nos definimos -y somos- un diario independiente, de los pocos que van quedando en el país, y que se reserva el juicio crítico frente a las administraciones de cualquier signo político.

Esa identidad no se recorta día tras día, contrariamente a lo que se observa con una buena parte de la prensa regional, concentrada de forma nunca antes vista en nuestro país. Tampoco se recorta por los afanes de algunos de convertir al periodismo en un transportador de informaciones asépticas y un comunicador de versiones con preponderancia de las oficiales. Lo decimos con claridad y fuerza. Un periodismo acrítico, esterilizado y descolorido no tiene ninguna razón para existir. Aquellos que buscan un periodismo integrado por digitadores o meros relatores, aquí no lo van a encontrar. LA DISCUSIÓN es fiel a su misión y destino.

Desde su primer ejemplar, este diario ha sido bastante más que un negocio basado en la transmisión acrítica de informaciones y publicidad. Con total seguridad podemos afirmar que no nos encandilamos con lo llamativo o lo escandaloso. Lo nuestro no es el morbo y el sensacionalismo. Lo nuestro es la búsqueda de la excelencia en el trabajo periodístico y el servicio público. El debate antes que la polémica; los acuerdos por sobre el conflicto; la tolerancia sobre la violencia.

Somos conscientes de la influencia que hemos tenido y seguimos teniendo en la evolución de los acontecimientos que impactan en la vida de Chillán y Ñuble. Igualmente, somos conscientes que la autocrítica es el camino para perfeccionar el desempeño del rol social que nos toca, como también que éstos no son tiempos fáciles para el ejercicio de echar luz sobre la compleja dinámica del país. Pero esa es la razón de ser del periodismo, más aún si esta dinámica se ve contaminada por noticias falsas que solo contribuyen a la desinformación, siembran confusión y crean discordia.

A la altura del aniversario que hoy cumplimos y con la experiencia de tantos años, podemos decir que si hay un valor decisivo que siempre cuidaremos es la identidad en la que se resume el sentido con el cual el diario se dirige a la opinión pública y que por estar basado en principios que no han cambiado en tres siglos, permite incorporar de forma continua, sin riesgos de incomprensión ni sobresaltos, los adelantos que nos ofrecen las tecnologías de la información.

De hecho, hoy nuestros lectores podrán conocer la nueva página web que ofrece una mejor y ampliada experiencia digital. Un camino que iniciamos hace dos décadas y cuyo crecimiento en los últimos años ha sido exponencial: 3 millones de páginas visitadas al mes, 500 mil usuarios únicos, 117 mil seguidores en Facebook, 37 mil en Twitter y 15.200 en Instagram dan cuenta de esa enorme vitalidad y nos sitúan en una posición de liderazgo a nivel regional y también nacional.

Sin embargo, estamos inmersos en una industria que cambia aceleradamente y que ha puesto en jaque los modelos tradicionales de comercialización publicitaria y por extensión, los ingresos que sustentan la existencia de los medios de comunicación, sobre todo los independientes.

Tenemos muy claro que somos parte de la historia de Ñuble y del país, pero también que debemos evolucionar para garantizar que esta saga iniciada en 1870 perdure otros 150 años, y más. Y lo haremos de forma coherente con una renovada visión acerca de los medios de comunicación pertenecientes a la Universidad de Concepción.

Ello conlleva el deber de siempre ser un instrumento de información veraz y oportuna, capaz de interpretar las problemáticas locales e identificar sus posibles soluciones, como también de contribuir a la divulgación y democratización del conocimiento que genera nuestra casa de estudios.

Un viejo diario como éste es deudor de agradecimientos a muchas generaciones con cuya lealtad y solidaridad ha superado las más diversas adversidades de la política y la economía.

Corresponde agradecer a la memoria de tantos hombres y mujeres que leyeron periódicamente sus páginas y las difundieron a hijos, a nietos y amigos, como un material apropiado para la educación individual y pública, lo mismo que para afirmar la cultura e identidad local que hoy perdura en nuestro archivo histórico y cuya puesta en valor constituye el proyecto más ambicioso que tenemos por delante.

También agradecer a quienes nos han confiado la publicidad de sus servicios y productos, en el entendimiento de que la confiabilidad del diario les otorga el espacio adecuado para legitimar sus mensajes.

Y finalmente, agradecer a generaciones de trabajadores en todas las áreas de un medio de comunicación como el nuestro. En este día tan especial solo cabe reiterar nuestra gratitud a todas y todos. A quienes ya no están y sobre todo a quienes siguen haciendo posible proseguir nuestro largo camino con renovada esperanza y con el enorme orgullo de ser continuadores de un legado que nació hace 150 años.

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