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Autoridades se reúnen para trabajar en prevención de accidentes camino a Yungay

Los tres últimos accidentes con consecuencias fatales, ocurridos en menos de 10 días, durante el mes de junio, volvieron a remecer las voces de las comunas aledañas a esta carretera, exigiendo celeridad en los plazos de trabajos de remodelación, y la inclusión de hitos como ciclovías, bermas y otras obras para proteger a quienes a diario transitan en ese camino.

Es por eso que con el propósito de aunar criterios y acordar dinámicas colaborativas en cuanto a campañas preventivas y de educación vial, los seremis de Obras Públicas, Cristóbal Jardua; y de Transportes y Telecomunicaciones, Bárbara Kopplin, organizaron una reunión por videoconferencia con los alcaldes de estas comunas en la tarde de hoy.

Pese a esto, algunos alcaldes como Osiel Soto, de San Ignacio; y Rafael Cifuentes, de Yungay, dijeron no haber quedado del todo satisfechos, porque “al parecer todo lo que nos vino a decir alguna vez el ministro (Alberto) Undurraga (en el segundo mandato de Michelle Bachelet), quedó en nada”, comentó el alcalde yungayino.

Sí se manifestaron esperanzados con los anuncios de aumento de fiscalizaciones, “porque eso sí hace falta, ya que la mayoría de los accidentes son por falla humana”, añadió.

Pocos pero muy graves

Las estadísticas de accidentabilidad que exhibe la Ruta N-59, conocida como “Camino a Yungay”, evidencian que para Carabineros, sigue siendo una de las arterias con las consecuencias más graves tras cada accidente, de Ñuble. Una de las causas de esto es la gran cantidad de camiones madereros que a diario transitan por esta vía.

Y si en casi todas las regiones del país hay una pista apodada como “carretera de la muerte”, la de Ñuble es -desde hace décadas- esta.

Cifras de Carabineros muestran que este año se han registrado solo cinco accidentes de alta energía, sin embargo, tras ellos se lamentaron ocho fallecimientos, nueve lesionados graves y cuatro leves.

El año pasado a esta misma fecha esa ruta totalizaba más accidentes, pero menos fallecidos que en 2020.

De diez siniestros, se perdieron seis vidas.

Tras lanzar la mesa de trabajo que conformaron junto a SIAT de Carabineros y que busca disminuir la tasa de siniestros viales, la seremi  de Transportes, Bárbara Kopplin, dijo que “es prioridad ejecutar la reposición total de esta vía que hoy se posiciona como la más mortal de Ñuble. Recién se terminó un proyecto de recapado que involucró a toda la ruta y estamos atentos a cualquier desperfecto que ocurra, ya que los esfuerzos están en subsanarlos”.

Considerando además, que se está en etapa de expropiación de terrenos, “es muy importante que los vecinos, los alcaldes y todo Ñuble, sepan que estamos trabajando para que la iniciativa se ejecute lo antes posible”, afirmó el seremi Jardua.

Por otro lado, se atacó un problema como el de coordinar mayores operativos de fiscalización, cuya frecuencia ha sido latamente criticada por conductores y residentes. 

En consecuencia, se reforzó el trabajo con distintas instituciones para que se intensifiquen las fiscalizaciones en la ruta y se fomente la conducción responsable a través de una campaña comunicacional.

Desde la Seremi de Obras Públicas, explicaron que en esta línea la intervención dispondrá distintos ejes sobre educación vial, destacando entre ellos: reflectancia, fatiga, límite de velocidad, conducción en condiciones meteorológicas adversas, además de medidas de seguridad básicas como el consumo de alcohol y drogas.

En las reuniones de coordinación se ha trabajado en determinar los vectores de peligrosidad de la ruta y así, establecer medidas que permitan el tránsito en buenas condiciones, tanto para autos particulares, transporte público y transporte de carga.

Finalmente, desde ambas entidades de Gobierno, indicaron que una de las medidas tentativas que aún está en evaluación, sería dictar una normativa que prohíba el tránsito de algunos vehículos para, de esa forma, descongestionar la ruta y aumentar los índices de seguridad del camino.

“Solo sirve ensanchar”

Osiel Soto, alcalde de San Ignacio, recordó que “se trata de un proyecto de 75 mil millones de pesos, pero la verdad es que sin o van a poner ciclovías ni bermas, esto será un tremendo gastadero de plata en pura challa, porque eso de las campañas educativas son necesarias, pero sabemos que no se puede hacer mucho para que la gente obedezca”.

Y añadió: “prefiero que gasten más y se demoren el doble, porque aquí solo sirve ensanchar las calzadas, el resto es puro canto”.

Felipe Ahumada

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