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Apoyo estatal

La contracción histórica de la economía ha desembocado en miles de empresas sin capacidad para operar y ofrecer sus servicios, mientras que por el lado de la demanda, los consumidores están dejando de comprar por la pérdida de sus empleos, la reducción de sus ingresos o la incertidumbre frente a la situación sanitaria.

La destrucción de puestos de trabajo es enorme. En la Región son 47 mil y en el país 2 millones de personas. Además, hay 1,5 millones de familias que sobreviven con las ayudas gubernamentales y con el 10% de sus fondos previsionales.

Las cifras de desempleo tienen también el rostro de los llamados inactivos, esas personas que perdieron la esperanza de hallar trabajo porque no hay ofertas laborales en una economía peligrosamente parada. En Ñuble, son 44.760 las personas que hace un año estaban activas en el mercado laboral, ya sea ocupadas o buscando trabajo, pero que han decidido abandonarlo porque sencillamente perdieron la esperanza de encontrarlo. Si los sumáramos, la tasa de desempleo regional superaría el 27%.

Frente a esta realidad, la prioridad en materia de políticas públicas debería ser una agenda para acelerar la reactivación económica y el empleo, y es lo que el Gobierno ha puesto sobre la mesa. El plan “Paso a Paso, Chile se recupera” considera inversiones por más de US$34 mil millones en dos años y crear más de 250 mil empleos en todas las regiones del país. En Ñuble, la apuesta son 3 mil fuentes laborales directas. El ministro de Vivienda, Felipe Ward, confirmó ayer que a la región llegarán de manera adicional US$270 millones, a través de numerosas obras y servicios que ejecutarán diversas carteras ministeriales.

Adicionalmente, se pretende dar impulso a la pequeña y mediana empresa. Para eso, además de los incentivos tributarios que están aprobados, se suman incentivos nuevos como la rebaja del Impuesto de Primera Categoría a las pymes del 25% al 10%, junto con la postergación en el pago del IVA.

El desempleo ya era el gran problema de Ñuble antes de la llegada del coronavirus y será uno de los impactos con mayor duración que le dejará la pandemia a la Región. Por lo mismo, es tarea del Ejecutivo fortalecer los mecanismos para proteger los empleos que quedan y tener estrategias para recuperar los puestos de trabajo perdidos y reconstruir el tejido empresarial, una tarea que no será fácil si no hay un contexto favorable para hacerlo, como son los mayores incentivos para emprendedores y empresarios tradicionales.

Ante la situación de un número creciente de empresas en ruta hacia la insolvencia –y muchas más luchando por sobrevivir– el Gobierno no se puede quedar de brazos cruzados. En especial cuando la recuperación económica del país está sostenida sobre los hombros de la iniciativa privada.

El llamado a las autoridades, entonces, es no solo para que contribuyan con el diseño y ejecución de los planes de reactivación, sino también para el despliegue de medidas que apunten a ayudar a enfrentar la crisis de las empresas y proteger los puestos de trabajo que estas generan. 

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