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Advierten que la ERD de Ñuble debe adaptarse al nuevo escenario

Cristian Cáceres

El pasado 27 de julio el Consejo Regional aprobó la primera Estrategia Regional de Desarrollo de Ñuble (ERD), una hoja de ruta al año 2028 que tiene como propósito orientar a los diversos actores hacia un proyecto de desarrollo a largo plazo, considerando una guía para todas las acciones e inversiones que se realicen en la región.

El documento presenta seis lineamientos estratégicos enmarcados en tres ejes: desarrollo territorial y ambiental; desarrollo económico y capital humano; y desarrollo social.

En materia económica, se plantea que el énfasis estará en la diversificación productiva, en agregar valor a las actividades; y en fortalecer la formación de capital humano. Explícitamente, se indica que un lineamiento es “consolidar en la región un sistema educativo que permita avanzar en la formación de capital humano innovador orientado al ámbito productivo y al desarrollo integral de las personas”, y un segundo lineamiento es “aumentar el dinamismo de la economía promoviendo la diversificación y la sustentabilidad de la producción”.

Atracción de inversiones

En opinión del director del CER Regional, Renato Segura, “es correcto poner el foco en las personas y en dinamizar la actividad económica de su entorno. Debemos recordar que a nivel macroeconómico, la mayor incidencia en el crecimiento económico lo genera la inversión de las grandes empresas. Empero, a nivel microeconómico, la actividad económica se dinamiza principalmente a través de la interacción de las comunidades con el sistema económico regional”.

No obstante, Segura manifestó sus dudas sobre la capacidad de la ERD de responder a los nuevos desafíos que impone la pandemia en el presente y en los próximos años. “Ayer hablábamos de pandemia, hoy se habla de endemia. Es decir, la vinculación social y económica enfrenta cambios profundos. Por ejemplo, el teletrabajo, de ser la excepción, hoy se ha transformado en una norma; la educación a distancia, de ser una opción, hoy se ha transformado en una obligación. Este fenómeno pone la urgencia en instalar en los hogares tecnologías para una adecuada conectividad y seguridad de operación en la nube. Los desafíos en los hogares campesinos es enorme. Se requiere compatibilizar la disponibilidad tecnológica, los accesos, la cultura y las capacidades de los miembros del hogar con las nuevas normas de interrelación social. Considerando el período pre pandemia en la elaboración de la estrategia, naturalmente esta nueva realidad no está presente en el instrumento”.

El investigador también se refirió a los temas ausentes. “En la ‘visión’ del desarrollo de Ñuble 2028 de la ERD se señala: ‘se ha transformado en eje de la actividad económica de la macro región centro-sur’. No existe un correlato de dicho espíritu en los objetivos y acciones estratégicas concretas. En efecto, conocemos que al menos son tres los sectores económicos que la Región de Ñuble mantiene en común con el territorio que abarca desde Maule Sur hasta La Araucanía: agrícola, forestal y pesquero. En el sector agrícola, por ejemplo, para que Ñuble se transforme en un eje de la actividad económica debe atraer inversiones en el sector agroindustrial (valor agregado a la producción agrícola). Una posibilidad para lograr dicho cometido, es instalar en Ñuble una zona franca industrial para la exportación de productos agrícolas con valor agregado. Nada de ello está señalado en la ERD. En este sentido, me queda la percepción que faltó impregnar de mayor audacia a las acciones estratégicas de la ERD”.

También advirtió sobre las implicancias del objetivo de diversificar la matriz productiva. “Al momento de plantear una estrategia de diversificación sin una etapa previa de consolidación y aumento de valor de lo existente, se corre el riesgo de hacer crónica la baja capacidad de la economía regional para atraer inversión directa. Cuando existen ambientes con mucho ruido, los inversionistas buscan aquellos espacios donde existan mayores incentivos y estabilidad en las reglas del juego. Por ello que un ambiente de competencia de las regiones en la atracción de inversiones genera un mal ambiente para lograr los objetivos que se persiguen”.

En este sentido, planteó que “es mucho más efectivo buscar la complementariedad con las regiones vecinas para las estrategias de desarrollo. Materializar una zona franca industrial para la agroindustria beneficia al sector agrícola de todas las regiones vecinas; concordar una zona franca industrial para exportación del sector ganadero en la provincia de Biobío, beneficia a todos los productores de carne y leche de la Región de Ñuble”.

Segura sostuvo, además, que se echan de menos acciones o políticas orientadas a la atracción de inversiones. “Tener la capacidad de atraer inversiones productivas es la forma de mayor efectividad para el cumplimiento de los objetivos y acciones estratégicas del eje economía y capital humano. En cualquier otro escenario, por lo general, las estrategias se transforman en buenas intenciones”.

En esa línea, hizo hincapié en los incentivos tributarios como una herramienta que se debe explorar. “En un ambiente de alta turbulencia en los sistemas económicos, los incentivos tributarios para la atracción de inversiones puede hacer la diferencia. Para ser honestos, Ñuble no tiene ventajas comparativas relevantes con respecto a las regiones vecinas que le permitan atraer espontáneamente las inversiones al territorio. A la industria forestal le queda poco espacio para crecer (aspectos ambientales y sociales son barreras insalvables); en la logística para la agroindustria de exportación, la provincia de Biobío ofrece atractivos iguales o mayores a Ñuble, etc. Por ello que, cualquier atributo diferenciador, como ocurre con una franquicia tributaria, puede cargar la balanza de las decisiones de inversión en beneficio del territorio de Ñuble y su gente”.

Adaptación a la crisis

Por su parte, Benito Umaña, decano de la Facultad de Ciencias Empresariales de la Universidad del Bío-Bío, planteó su inquietud sobre la capacidad de la ERD de dar respuesta a una realidad postpandemia.

“Es muy valioso que la región tenga una estrategia, es una carta de navegación. Y tambiés es valorable que se proyecte por un periodo mayor a los cuatro años del ciclo político. También es positivo que se habla de un proceso de seguimiento, ya que en general las estrategias adolescen de esta brecha, porque siempre la crítica es que las estrategias se quedan en las estanterías de las entidades públicas y no son vinculantes y no se aterrizan a las realidades. Por eso es importante el seguimiento. Yo esperaría que eso se aplique, porque es muy importante la retroalimentación para ir adaptándola a los cambios que van ocurriendo, como el escenario de pandemia que enfrentamos”.

No obstante, a partir del nuevo escenario de pandemia y frente a lo que se viene en la postpandemia, el académico postuló que se requiere actualizar la ERD. “Las estrategias, de por sí, deben tener una capacidad de adaptación. Y por lo tanto, eso puede implicar que deban hacerse ciertas adecuaciones. Primero, porque si la estrategia no es capaz de adaptarse a los cambios del entorno, tiene una falla estructural, y por lo tanto, tendría que tomar este nuevo escenario que ciertamente cuando se formuló la ERD no se conocía y todavía no se conoce la profundidad. Claramente, hay un antes y un después de la pandemia”.

“Yo echo de menos temas como conectividad digital, que está solo una vez, en el eje de economía y capital humano -añadió-. Me sorprende que se hable de conectividad vial, pero no de conectividad digital, y ese es un tema enorme. Uno de los grandes problemas que tienen las empresas agrícolas, en este contexto de pandemia, es la conectividad digital, es un factor de freno de la competitividad para las empresas y es vital para que otras empresas se instalen en la región: si no tenemos una buena conectividad digital, difícilmente se van a instalar otras empresas”.

La principal crítica de Umaña, sin embargo, es que “se ve muy general. En los tres ejes se aborda todo, pero al abordarse todo también el riesgo está en que no sea lo suficientemente ad-hoc a la realidad regional y baje realmente a las condiciones propias de la región, y más que amplia, caiga a lo general, y eso me preocupa a la hora de abordar los temas; por ejemplo, habla de la diversificación productiva, pero no dice claramente cómo abordar esto, yo creo que en la ERD el cómo es lo importante, porque el qué, ya lo sabemos. Me parece que podría haber sido un proceso más ad-hoc a la bajada”.

En esa línea, el decano de la FACE afirmó que para evitar que el instrumento caiga en lo muy general, “debiera existir una vinculación entre la asignación de los recursos públicos y la estrategia, y lo otro, un plan de seguimiento. Hay que recordar que esta herramienta también le sirve al sector privado, y eso es importante porque es el que concentra la mayor parte de la inversión. Por ello es clave que se sienta como vinculante, que sí sea acogida, yo creo que hay por delante un trabajo de cómo esta ERD se transfiere a la comunidad, a los tomadores de decisiones, de manera que se pueda aplicar y sirva de hoja de ruta para la región, esta ERD es doblemente relevante para Ñuble dada su condición de región nueva. Aquí hay una etapa que se debe desarrollar de hacer que esta ERD, más que el texto, que su espíritu y que los objetivos que se quieren lograr, que la gente y los tomadores de decisión se empapen de eso, es importante que se tenga clara esa visión y la compartamos. Podría haber un trabajo posterior con el sector privado para que lo consideren también una hoja de ruta”.

También advirtió que “si bien esto es a ocho años, no es para aplicarlo en ocho años más, es para aplicarlo ahora. Entonces, el punto es que hay que ponerse a trabajarlo desde ya, con la cuádruple hélice: el sector privado -no solo el que está acá, sino los inversionistas que hay que atraer y desarrollar nuevas empresas-, la comunidad, la academia y el Estado. Hay que ponerla en marcha ahora, la región requiere potenciar su desarrollo y que esto se transforme realmente en proyectos. Y eso ahora es doblemente importante a partir de un proceso de reactivación que tiene que venir, hay un antes y un después, entonces hay que ver cuánto de lo que aquí se dice se puede hacer y cómo hacerlo, particularmente ahora que estamos con una crisis inédita, es insostenible pensar que vamos a seguir igual que antes, la necesidad de reactivación es inmediata, la economía va a requirir mucho más fuerza para levantarnos y además, salir con una condición de delta positivo respecto de lo que teníamos, porque lo que se quiere es que la región deje de tener los niveles de desempleo que tenía, y para eso tenemos que atraer inversiones, generar mayor empleo”.

Explicó que “aquí lo importante son los recursos, porque puede sonar muy bien plantear la diversificación productiva, pero cómo lo hacemos, cuáles son los recursos, cómo se va a alinear el sector privado y cómo vamos a lograr que esas inversiones lleguen”.

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